Identidad corazonista

Ideario

Los Hermanos del Sagrado Corazón presentamos este Ideario Corazonista como fuente de animación de nuestra propuesta educativo-pastoral, expresión de nuestro Carisma y afirmación de nuestra identidad. Como Colegio Católico, se asume la Doctrina específica de la Iglesia sobre la educación católica. Es un acto de fe en nuestros proyectos que nos invitan a crecer en la pedagogía de la confianza y a desplegar nuestra misión implicándonos responsablemente. Quiere reflejar así mismo los valores que nos unen y en los que nos reconocemos como miembros de una comunidad educativa.

Nuestra propuesta axiológica encuentra en el Corazón de Jesús el fundamento y la plenitud. La revelación de Dios como comunión de amor es la verdad que establece y garantiza nuestro llamado a ser comunidad y augura una unidad en nuestro colegio que como esperanza es irrenunciable.

Gracias a quienes nos precedieron porque al legarnos el mensaje de la educación como un servicio de sabiduría, entrega y sacrificio nos recuerdan a su vez la hermosura de nuestra misión: decir a los niños y jóvenes que la fraternidad es posible, que el mensaje evangélico es verdad y vida; que Dios camina con nosotros, hoy, aquí, ahora y para siempre.

Pedagogía de la Confianza

Nuestro estilo educativo se basa una “pedagogía de la confianza”. Pues si Dios confía en nosotros, nosotros debemos tener esa misma actitud de su Corazón hacia los niños y jóvenes que nos son encomendados.

Por ello damos mucha importancia a la “formación moral y religiosa”, que permite a la persona ser consciente de la importancia de su propia vida y decisiones. Implica una educación en la responsabilidad.

Queremos que en la escuela se viva un “clima de comprensión y entrega”, gracias al cual los niños y jóvenes se sienten a gusto en el colegio porque descubren que allí hay personas que los quieren y cuidan de ellos.

De este modo despertamos en los jóvenes un “sentido de comunidad”, hacia su propio colegio como hacia la sociedad en su conjunto, y un “deseo de compromiso”, porque el otro no es un extraño, sino un hermano que Dios pone en mi camino.

Una pedagogía de la confianza se sustenta en la convicción de la bondad que encierra el corazón humano y en la capacidad de éste para abrirse a dar y recibir amor. Nuestra acción nace de la confianza y la tiene siempre a ella como criterio de discernimiento, incluso cuando debemos poner límites y proponer cambios personales y grupales.  Ideario educativo, Art. 54

Compartimos con los profesores seglares la responsabilidad de la formación moral y religiosa de los alumnos. Creamos un clima de comprensión y de entrega que despierta en los jóvenes el sentido comunitario y el deseo de compromiso. Regla de vida: Art. 157

Hermanos del Sagrado Corazón

El Instituto de Hermanos del Sagrado Corazón es una comunidad religiosa de la Iglesia católica presente en la República Argentina desde el año 1930.

A comienzos del siglo XIX Francia era un país profundamente herido. A la violencia interna que supuso la Revolución Francesa se sumaron las guerras con toda Europa de las posteriores campañas napoleónicas. La Iglesia había sido combatida duramente durante la Revolución, por su vínculo con la monarquía y el culto público llegó a estar prohibido. La escasa educación que se brindaba estaba en manos de preceptores privados para las clases altas, de algunas pocas congregaciones religiosas en las ciudades más pudientes y de maestros municipales sin preparación.

En este contexto el Padre Andrés Coindre fundó el 30 de septiembre de 1821 en Lyon, la comunidad de Hermanos del Sagrado Corazón para atender a los niños y jóvenes más excluidos de su tiempo. Gracias a su sucesor, el Venerable Hermano Policarpo, la comunidad pudo continuar creciendo y expandirse más allá de Francia.

Los Hermanos Corazonistas somos personas que hemos descubierto el amor de Dios en nuestras vidas y queremos vivirlo intensamente y difundirlo a nuestro alrededor, por eso afirmamos que:

Formar parte del Instituto hoy es creer en el amor de Dios, vivir de él y difundirlo:  es, en cuanto religiosos educadores, contribuir a la evangelización, principalmente por la educación de los niños y jóvenes. (Regla de Vida de los Hermanos del Sagrado Corazón, Art. nº 13)

Los Hermanos del Sagrado Corazón sustentan y dan testimonio del carisma corazonista que intenta construir el Reino desde la contemplación del Sagrado Corazón, signo del amor divino.Hoy el Instituto está presente en unas 170 comunidades en más de 30 países de los cinco continentes. En todos ellos colaboramos estrechamente con miles de educadores laicos construyendo un estilo educativo en la línea de nuestros Fundadores.

Hoy el Instituto está presente en unas 170 comunidades en más de 30 países de los cinco continentes. En todos ellos colaboramos estrechamente con miles de educadores laicos construyendo un estilo educativo en la línea de nuestros Fundadores.

 

Padre Andrés Coindre

Andrés Coindre nació en la ciudad de Lyon, en Francia, en 1787, en el seno de una familia de comerciantes. Sus primeros años de instrucción religiosa los realizó en la clandestinidad, ya que el gobierno había prohibido el culto católico. Ingresó luego en el seminario y fue ordenado a los 25 años.

Como sacerdote se destacó por sus dones de predicador y por su vocación misionera en los pequeños pueblos sin asistencia religiosa. En sus tareas como sacerdote pudo observar la precaria realidad de los niños y jóvenes, tanto en la ciudad como en el campo, y sintió el llamado concreto de Dios a atenderlos con el mismo amor que el Corazón de Jesús.

Por eso Dios le concedió el don de ser Fundador de comunidades religiosas dedicadas a la evangelización de niños y jóvenes a través de la educación: en 1817 las Hermanas de Jesús-María junto a Santa Claudina Thevenet y en 1821 los Hermanos del Sagrado Corazón.

Falleció en 1826 a los 39 años de edad, tras haber desplegado una asombrosa acción pastoral para una vida tan prontamente interrumpida.

 

Venerable Hermano Policarpo

Juan Hipólito Gondre nació en la aldea de La Motte, en Francia, en 1801. Vivió su infancia ayudando a su padre en las tareas del campo y estudiando sólo cuando éstas se lo permitían. Aun así logro obtener el título básico de maestro a los 21 años.

A pesar de su satisfacción con el trabajo de Maestro no se sentía plenamente feliz: deseaba entregarse por entero a Dios. Por eso en 1826 ingresó a la comunidad de los Hermanos del Sagrado Corazón fundada en 1821 por el Padre Andrés Coindre en Lyon. Así su vocación de educador se hacía más plena con la consagración religiosa. Tomó el nombre de Hermano Policarpo.

En 1841 fue elegido Superior general, cargo que desempeñó hasta su muerte en 1859. Durante esos años logró salvar al Instituto de una grave crisis y hacerlo crecer y expandirse incluso fuera de Francia. Por eso se lo nombró “Segundo Fundador” de la comunidad.

En 1984 el Papa Juan Pablo II constató que había vivido “heroicamente” todas las virtudes propias de un cristiano y le declaró “Venerable”, paso previo a la beatificación y canonización.